Otra vida si es posible.
El vivir de una manera, está marcado por una ruta que
hemos transitado de forma automática, lo cual ha permitido que lo hagamos
inconsciente, lo hayamos naturalizado y asumido como el camino real y único. Somos
seres gregarios y
nos gusta y necesitamos el compartir, para dirimir las relaciones humanas, se han
creado normas, de manera que exista una sana vida social. El punto es que esas relaciones entre los
habitantes muchas veces no son armoniosas y hemos creído que la vida es así.
Un ejemplo es que todo niño, niña y adolescente tiene
derecho a ser protegido de cualquier forma de violencia. Cada año 275 millones
de niños y niñas en todo el mundo son víctimas de violencia dentro de sus
hogares y cerca de 40 millones de menores de 15 años sufren violencia, abusos y
abandono. América Latina, con una población infantil de más de 190 millones, es
la región del mundo con mayores índices de violencia.
Convencida de nuestra negligencia en el ejercicio de
nuestros roles, nos hemos permitido ser protectores neutralizados, los cuales
nos han impedido la ausencia emocional como padres, el silencio toxico, la indefensión
aprendida, del haz lo que te digo porque yo sé (tu no), dejemos esto así, no
quiero más problema, frases que han contribuido a que seamos un modelo no
funcional para nuestro sistema. Mientras los hijos vean este modelo, están
siendo entrenados para vivirlo y ejecutarlo.
Somos modelos de violencia cuando el único modo de
resolver las diferencias es el insulto y la descalificación del otro, que
probablemente vive bajo nuestro mismo techo. De nada sirve pagar costosos
colegios para que les enseñen valores y luego los llevo a actividades
extracurriculares con la intención de que aprendan una disciplina que les
permita ser ciudadanos de bien, si lo que practico no es congruente con lo que
digo. Lo que si sirve es hacer presencia como padres, actuar como adultos, ser
una fuente de amor, respeto y entrega. Vivir una vida congruente. Reconocer a
los otros como otros. Aceptar las diferencias. Dejar de tomar parte entre
bandos y poseer un criterio propio. Si esto se le hace difícil, tal vez
necesite ayuda, por favor búsquela porque otra vida es posible,
manos a la obra: encárguese de Ud. y así modelara a sus espectadores.
NO PERMITAS MALOS TRATOS es una ONG venezolana de
cooperación para el desarrollo y sensibilización social que actúa con las
comunidades para promover el cambio social sostenible a través de la mejora de
las condiciones de vida de las poblaciones vulnerables, en especial de la
infancia, e incidiendo en las causas de las las desigualdades. Atendemos gratuitamente
(psicológica y legalmente) a niños, niñas y adolescentes abusados sexualmente,
facilitándoles herramientas para que integren lo vivido solo como una experiencia y empoderándoles para comenzar de nuevo. Les
invitamos a asistir a nuestras actividades porque otra vida si es posible.
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