El poder del amor.
El amor ha sido sentido, cantado, sufrido y pocas veces
vivido de manera sana. Hay quienes lo miran con recelo, por experiencias
traumáticas, otros lo miran queriendo beberlo y saturarse hasta el punto de
perder la conciencia. Hay quienes creen que es cupido quien lo reparte, que
esta negado para otros y no faltan los que piensan que es una cruz. Por
un concepto equivocado hay quienes sufren, ponen en riesgo su vida y hasta
desean morir. Al amor se ha responsabilizado de una noche loca, de embarazos no
deseados, de insatisfacciones.
¿Y qué es el amor? El amor es una decisión. Es una
entrega y un tomar. Es cuidar la propia vida y la de quien decimos amar. Es una
emoción que en su lado positivo, me permite cuidar, sentir placer y celebrar.
En su lado toxico te puede enlazar a una relación donde pierdes la capacidad de
decisión y entregas tus responsabilidades a quien crees es tu propietario. Por
amor se han tolerado infidelidades que han causado infecciones de transmisión
sexual. Por amor se ha dicho: te pego porque te quiero…
El amor sano valora a los demás, es solidario, busca el
beneficio y es firme. Esa firmeza no viene de la imposición si no del bien-estar. Del estar bien, de mejorar
la calidad de ser y estar disponible para los que comparten
mi entorno. El amor incluye el saber decir NO, un no que no es una negación per
se, es un no que dice: eso que haces daña tu vida y nuestra relación.
El amor es más que corazones y flores. El amor es el
saber que estas allí y que me acompañas, tal vez no como necesito, sino como
puedes. Que amar no consiste en que me complazcas sino en que me mires y
respetes.
El amor es la hermosa decisión de construir de manera
personal barreras de seguridad para encargarme de mí y de manera colectiva es
el escenario desde donde vivo la solidaridad compartida. Amar es respetar la
dignidad de los demás, es contemplar las diferencias, es aprender a vivir con
lo que hay sin obligar a cambiar. Es exigir lo que es necesario para enriquecer
la relación, es entregar lo que tengo: yo;
y tomar lo que tienes: tú. Es
mirarnos y asentir que queremos ir juntos hacia donde decidamos y con la unica
intención de acompañarnos y aceptarnos.
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