Mirar y reconocer.
Mirar
y reconocer a los demás es uno de los grandes retos de este tiempo, tomarnos un
tiempo para tener comunión, oír y acompañar se está convirtiendo en una gran
aventura. Algunos se han alejado por las
diferencias surgidas y no resueltas, otros por decepción, temor y hasta por
autosuficiencia. Lo cierto es que nos necesitamos. Nadie viene a consulta por
la ausencia de bienes materiales. Vienen a buscar ayuda porque no saben qué
hacer con sus vacíos existenciales y relacionales, hoy quiero reflexionar de la
urgencia de mirarnos y reconocernos. Desde las constelaciones familiares hablamos
del excluido y con este término nos
referimos a la persona del otro silenciado, aquel que no es tenido en cuenta en
las grandes decisiones económicas, políticas y de otro tipo, a pesar de ser
afectado por las mismas. Es, sencillamente, el prescindible para
los sistemas totalizadores de cualquier tipo. Son aquellos que pueden incluso
llegar a morir sin que nadie, desde la totalidad, les añore. Podría decirse que
son un estorbo para los sistemas vigentes, los marginados; son aquellos que no
tienen ni voz ni voto; en definitiva, los nadies y por lo tanto los que ignoramos
y como forman parte de nuestro sistema tal vez los necesitemos. De allí la
invitación de mirar a nuestro sistema y darle un lugar en nuestro corazón. Las
Constelaciones Familiares permiten: devolver su papel en el sistema familiar,
reconociéndolos y honrándolos. Nos libera de la carga que llevábamos,
transformándola y convirtiéndola en una potencialidad positiva. Bert Hellinger,
el creador de la terapia de las Constelaciones Familiares, nos dice que son
tres principios básicos los que constituyen los Órdenes del Amor. Estos son la
necesidad de vinculación con nuestro clan o grupo, el balance entre dar y
recibir, y el orden o jerarquía. Estos Órdenes rigen nuestras relaciones con la
fuerza imperativa de instintos, usualmente a nivel inconsciente. El trabajo
consiste en permitirte ver lo que te atrapa y te limita para que tú te puedas
librar del enredo sistémico y convivir más amorosamente. Si los órdenes del
amor se rompen, surgen el dolor y la desdicha. "Cuando el amor hacia un
familiar que sufre o ha desaparecido nos lleva a romper el orden, a expiar sus
culpas o hacer sacrificios, estamos ante un amor infantil que sólo conlleva
infelicidad. Estas dinámicas pueden romperse a través de las Constelaciones
para convertir este amor ciego en" un amor que mira". Pero, ¿cómo
curan las Constelaciones Familiares? "Curan al restablecer el orden y el
amor entre todos los seres de una misma familia. A través de la constelación se
pregunta qué personas excluidas del grupo deben reintegrarse en él para que
cada miembro ocupe su lugar siendo reconocido y respetado. Los excluidos proyectan
siempre su sombra sobre alguien impidiéndole vivir su propio destino. La
constelación permite manejar esto que estaba oculto y que cada uno vuelva,
acepte su lugar y lo que ha pasado. Aceptar la realidad cura, nos permite ganar
fuerza y energía. A través de las constelaciones se resuelven trastornos de
salud originados por un deseo inconsciente de muerte, conflictos familiares y
problemas de pareja. Nos guste o no hay una realidad que compartimos, al final
somos parte de un sistema y necesitamos mirarnos y reconocernos. Un miembro
posterior de una familia, muchas veces sin saberlo, se ocupará de
"recordar" a quienes fueron apartados del consciente familiar. Mi
mejor deseo es que podamos mirar a los excluidos, a nuestro prójimo y decirles
AHORA TE VEO.
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