Nuestra imagen, la vamos
elaborando a lo largo de nuestro recorrido, basada en lo que hemos vivido,
conscientemente o no.
En nuestras relaciones,
recibimos y damos de nosotros. Una imagen contempla una definición no solo de
la persona y su desempeño laboral, sino también de su área afectiva. Pueden
conocerse o no algunos secretos, pero no es imprescindible. Por supuesto cada
imagen trae consigo las expectativas de vida que la persona debe cumplir ante el y sus grupos
de influencia. . Si esto no ocurre de esta manera el grupo puede excluirlo y
tacharlo de cualquier cosa menos de capaz. Así salimos a la calle diariamente
con nuestra imagen, más que con la ropa
que usamos, seguros de la aprobación
tácita de dichas personas. Si algo no
nos sale bien, pues ahí están los que nos apoyan que seguramente harán lo
posible por ayudarnos. ¿Pero estarán en la misma actitud aunque no cumplamos
sus expectativas? La verdad es que vivimos
tiempos extremos y la probabilidad de hacer cambios drásticos en nuestra
vida es muy probable. La primera en cuestionar los cambios es nuestra propia familia, frases como ¿si te
preparaste para eso porque te vas a salir ahora de allí?, el padre o la madre
dicen, yo trabajé bastante para pagarte los estudios y ahora vas a salir con
esto. Los próximos en oponerse son los propios amigos que ya no contarán con su
cierto status e influencia que los puede
ayudar. Y por último los propios colegas o compañeros de trabajo, que harán su
parte para que no se vaya el compañero que es una pieza útil en todo el
mecanismo laboral.Nuestra imagen pudo ser útil en un tiempo, pero llegó el
momento de destruirla para poder seguir adelante. La aprobación de los que me
quieren, no siempre es el motivo
adecuado para tomar decisiones acertadas. Los grandes emprendedores son
arriesgados e independientes en sus decisiones, claro está el consenso siempre es oportuno, pero de personas especializadas en el área y
estratégicas en el equipo de asesores.Probablemente tenga que dejar atrás
personas queridas, pero será imprescindible para iniciar un nuevo emprendimiento. Los riesgos que asumimos son nuestros y serán bienvenidos las
personas que nos apoyan, los otros
pueden quedar de un lado. Puede parecer duro esta afirmación, pero condicionar la amistad a lo que al otro le
parece bien no es amistad, es control y falsedad. La vida continúa y solo yo soy el responsable
de salir adelante con mis compromisos, así que es mi movimiento y mi
responsabilidad la que mas pesa a final
de cuentas. Para crear una nueva imagen es
necesario derribar la ya
existente. Reiniciar una gestión
actualizada que va más allá del encuadre
anterior, con una visión actualizada y acorde a las posibilidades reales. Ánimo y salud para los nuevos compromisos.
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