Ayudar
es una acción de doble vía, con el servicio que presto asisto a otros y ese
empoderamiento a su vez me enriquece en todos los sentidos. Cuando una pareja
sale de su territorio relacional a buscar ayuda es porque necesitan resolver
una situación que los está desgastando emocionalmente, probablemente ya se le han agotado las formas conocidas de
solución a sus problemas y estos se han convertido en un conflicto. Es en esta
vorágine de emociones que recurren a un terapeuta, en algunos casos buscan en
este mediador, al mesías para resolver lo que están padeciendo desde hace años,
en otras ocasiones le buscan para que escuche su tragedia y en otras
oportunidades, un chivo expiatorio para su ruptura.
En
estas circunstancias y con todos los temores de la pareja, el terapeuta se
acerca a observar y brindar las herramientas que les permita a estos individuos
organizar lo que se dañó y en algunos casos podría ser lo más justo, pero en
realidad se trata de otras fuerzas. La fuerza del amor o la fuerza de la
despedida.
El terapeuta requerirá mirar desde lejos y
retirarse y dejar que la vida de la pareja vibre a través del hombre y de la
mujer, dejar que vean la vida como la
entienden, y el terapeuta le tocara sólo esperar y tener claro que la
resolución de la pareja no es su responsabilidad.
A
menudo, cuando queremos ayudar, buscamos una solución y la imaginamos. A veces
es imposible, va más allá de una psicoterapia. Sera necesario observar cuál de
los dos miembros de la pareja necesita menos al otro. Observar cuál de los dos
tiene más dificultades. La mejor relación es aquella donde los dos se necesitan
y esto a veces no ocurre.
Por
todo lo antes expuesto les obsequio unos tips que espero le ayuden a mirar su
conflicto de pareja: primero
mi sacrificio no ayuda en nada a mi sistema, es un precio muy alto para los dos.
El que da mucho se queda con poco. El que sostiene más, sostiene por poco
tiempo. Lo pendiente queda atrapado y lo reprimido vuelve aparecer. Cuando Ud. ocupa
su lugar, evita confusión, esto quiere decir, que Ud. solo es pareja de su pareja,
no es su figura de autoridad (papa o mama), tampoco es el hijo/a, no es el
compinche y mucho menos el confesionario. Por favor revise su pareja, miren la
historia en común, pregunte directamente lo que necesita saber, gánese la
confianza, construya el respeto, contenga los impulsos (considere las
consecuencias de sus actos). Y para finalizar tome a su pareja, encárguese cada
uno de si y asuman la relación porque este amor es de los dos.
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