Las personas pasan por diferentes situaciones,
eventos, crisis, experimentan emociones, disfrutan, sufren y todo ello forma
parte de la vida, pero los prejuicios asociados al supuesto masoquismo no nos
permiten integrar lo experienciado, llevándonos a aceptar las etiquetas y creer que son ciertas.
Una cosmovisión de necesidad de apoyo para lograr
alcanzar y perseverar ha contribuido a ese constructo mágico de esperar la
solución de problemas y conflictos, los mesías emocionales, nos han
inutilizado. Descubrir los mitos y ritos que los sustentan, es tarea de todos y
todas. Generar cambios es nuestra responsabilidad. Convertirnos en persona, que
significa sonar por medio de nuestra vocación, es ser y convertirnos cada vez
más en aquellos que hagamos sonar una realidad más grande.
Cuando cerramos los ciclos y aclaramos nuestros
círculos de relación resolvemos el lugar de dónde venimos. Ese es el primer
paso para la aceptación de nosotros y de la vida tal cual es. Es allí donde estaremos listos para relacionarnos
sanamente. Así que las relaciones son
espejos que nos reflejan lo que nos gusta y lo que no. Para conocer nuestras partes ocultas
necesitamos un espejo de nuestra personalidad, que incluso nos muestre lo que
nos desagrada. Mi espejo es el otro, el que ve en mi lo que yo no puedo ver y cuanto más
preciso sea, más detallada y fiel será la imagen. "El mejor, el más preciso y cruel de los espejos, es la relación de
pareja: único vínculo donde podrían reflejarse de cerca mis peores y mis
mejores aspectos".
Cuando me relaciono con alguien
me encuentro con mis habilidades sociales, sentimientos, emociones y
prejuicios. Es así que nos reencontrarnos con nosotros. Mirar y reconocer de
dónde venimos, nos otorga un profundo arraigo, una sublime honra hacia nuestros
ancestros, un cerrar las heridas, curadas con el tratamiento adecuado, sin
agregar ni restar nada, nos inunda una fuerza que nos permite asumir y caminar
hacia ese horizonte amplio que espera brillar con tu presencia. Intenta
levantarte de donde estas, toma tu corazón y vive tu vida, despójate del
disfraz y se tú. Toma la vida, abandona el mástil de donde te amarraron, desata
el nudo y toma tu vida.
Mayela Carrillo.
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