El respeto hacia ti mismo, hacia la realidad, a la sucesión de hechos en
tu vida, a tu entorno, a cada uno de los integrantes de la familia, debe ser un
valor que te permita asumir el papel que te corresponde y no suplantar a nadie,
cargando con responsabilidades que no te pertenecen. Ocupar el rol del otro
puede ser beneficioso para el sistema, solo, cuando los responsables, no pueden
hacerlo (una muerte, una enfermedad, un viaje), de lo contrario, los roles
cambiados terminan por producir problemas estructurales, imprimiéndole al alma
familiar un patrón de conducta que podrá repetirse, impidiendo el libre
desempeño de cada una de las personas de ese sistema. Esto traerá,
insatisfacción, culpas, frustraciones, realidades no admitidas y todos estos
bajo el farol de la penumbra, provocando miedo, desolación y temor. En estos
conflictos relacionales, pueden surgir, tres dinámicas: “Te sigo hasta la
muerte”, “prefiero morir antes que tú”,
“expiación de una culpa personal”. La primera, “te sigo hasta la muerte” es la de una persona que se
siente vinculada hasta el punto de querer morir para estar con un familiar que
le precedió. La segunda,
“prefiero morir antes que tú”, se da, por ejemplo, cuando un familiar siente
sufrir a otro por la pérdida de un ser muy querido, o cuando se ve impotente
ante los maltratos que puede padecer algún miembro del sistema. La tercera, “la expiación de una culpa
personal” se da ante la incapacidad por restablecer el orden alterado en una
circunstancia grave acaecida en la familia. El individuo genera unos
sentimientos de culpa tan fuertes que piensa que su vida vale muy poco, que no
merece vivir y busca quitarse de en medio para liberarse de esos sentimientos
tan agudos de culpabilidad, porque para estas personas la muerte representa la
salvación. El cambio comienza con la desprogramación de todo aquello que
creemos de nosotros mismos y que ha creado nuestras propias limitaciones. Si
sientes que estas en una de estas dinámicas, te invito a buscar ayuda y
comenzar tu proceso de sanación, porque si hay alguien que necesita seguir a
otra persona, eres tú, a ti y no a tu sombra.
Mayela Carrillo.
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