Algunas
personas tienen dificultades para terminar relaciones toxicas. Otras tienen
problemas con arreglar lo deficiente y todo ello porque tienen temor al
abandono, porque confunden despedida con destrucción y fracaso. Algunas
abandonan primero para evitar el dolor de ser abandonada/o. Si estás pasando
por algunos de estos escenarios es necesario sanar y sabrás si lo necesitas,
cuando: cedes tus necesidades para que otros se den cuenta de
lo importante que eres para ellos, creyendo que al necesitarte te van a
reconocer. Cuando cumples los deseos ajenos, a pesar de ti. Cuando guardas silencio,
a pesar que te ofenden con exigencias. Ahora bien, una cosa es tener temor al abandono, y otra muy
distinta, vivir llenos de desconfianza en lo referente a la relación. El
abandono está en relación directa con la sensación de desamparo. El abandono no
solo es físico, también existe el amoroso, el intelectual, de intereses, el
abandono de nosotros mismos. Sin
embargo, cuando tenemos una pareja a la que amamos demasiado; pero que al mismo
tiempo nos sentimos solos, sin apoyo, fuera de su compañía y de su afecto,
entonces ese sentimiento de aislamiento nos aturde y destruye. Cuando alguno de
los integrantes de la pareja, deja al otro, este queda en un estado de vulnerabilidad tal, que
no se acierta a comprender; el desamparo se revela como cómplice. El temor a la soledad y el abandono
distorsionan las relaciones, de tal manera que con frecuencia las personas no
saben si actúan por amor o por miedo. Dejar de poner el foco de atención
en nuestra pareja y empezar a atendernos es lo sano, porque el primer abandono
es el que nos hemos hecho a nosotros mismos. Dejar de vivir como víctimas y
hacernos RESPONSABLE del cuidado de nuestra persona y
apropiarnos de nuestro SER, por tanto, necesitamos iniciar la
atención personal. Se puede perder el amor, se puede perder a la pareja, se
puede perder la relación, pero lo que no se puede perder, es la dignidad. Te
abandono NO significa que te dejo, te abandono quiere decir: te dejo en tus
manos y no te inutilizo. Te acompaño y me dejo acompañar por ti, respetando tu
ritmo, aceptando lo que haces, siempre y cuando esto no signifique destrucción.
Te abandono cuando me quedo, cuando me encargo de mí y renuncio a perseguirte y
conformarme con las migajas.
Mayela Carrillo
Comentarios