Había una vez, hace mucho tiempo una ciudad, donde
sus habitantes se relacionaban entre ellos, se respetaban y ayudaban. Los más
vulnerables eran atendidos por los adultos y podían compartir sus inquietudes
sin temor hacer atacados por sus semejantes… este pequeño párrafo pertenece a
una conversación que sostuve con una amiga y nos preguntábamos, si en el futuro
narraríamos este presente, de esta forma y le conteste tal vez… y decidí hoy
compartirles lo que si necesitamos hacer para que el final de este tiempo
suene: y existió en una ciudad un grupo de personas que se activaron para
cambiar su entorno…
Para dar conmigo, y es que esta es la única manera de interactuar sanamente con el
entorno, es necesario superar algunos obstáculos: levantar los pies para
ubicarse en el contexto relacional, adquirir información veraz, seria y
documentada, hacer preguntas y aceptar que ya no soy aquella persona pequeña en
edad y estatura que fue engañada, burlada e ignorada.
El encuentro con mi semejante puede ocasionar decepción y un deseo
de proclamar: nadie me quiere, todos me
dejan y todos son malos. Esto genera desconfianza, lo cual exige una mirada
aguda para observar lo que me está pasando a mí y dentro de mí. Esa personita
que me habitaba creció, ahora habla y necesita la validación, de allí el
entender porque nos relacionamos con algunas personas, aquí surge la necesidad
de revisar si el grupo que frecuento es hostil o respetuoso.
Para dar conmigo, los únicos deberías que debo
aceptar son los míos, luego de ser filtrados por un proceso personal, respetar
mi ritmo y romper con la basta competencia que enlaza nuestra alma a nuestro
contrincante y nos lleva a ver en nuestro adversario como a nuestro enemigo y
no a un habitante más de mi ciudad.
Para dar conmigo, necesito cultivar el agradecimiento, valor que estoy convencida, de ser
el único que nos permite reconstruir nuestra historia de debilidades y
necesidades, porque solo quien tiene una carencia, amerita la ayuda del prójimo, y solo cuando puedo dar gracias,
podre ayudar a otras personas y cambiar el entorno de mi ciudad, hoy quiero
dejarte con una pregunta: ¿Qué tienes que hacer para dar contigo?
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