Según Erich Fromm, respeto
no significa temor y sumisa reverencia; denota, de acuerdo con la raíz de la
palabra (respicere:mirar), la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener
conciencia de su individualidad única. Respetar significa preocuparse porque la
otra persona crezca y se desarrolle tal como es. De ese modo, el respeto
implica la ausencia de explotación.
Convencida de la
necesidad del establecimiento de límites sanos para poder coexistir en medio
del respeto, impera el otorgarlo, pedirlo y hasta exigirlo. Ahora bien, quien
respeta, lo tiene en su vida como un valor, un principio, una manera de vivir y
jamás una imposición que es muy común: “respeta para que te respete”, tal
afirmación no es cierta, el respeto no es condicionado. El respeto es un valor
que transversaliza la estructura de la personalidad y desde allí vive y se
desenvuelve.
Cuando hablamos de
respeto, entonces estamos hablando de forma de vida, de una manera de
convivencia, de amar al prójimo, de modelar a los míos y propios, de guiar y
aprender a llevar la conciencia en paz.
A su vez, respetarte
también es mirarte y reconocerte en tu condición, sin imponerte mis criterios
ni pedirte de vuelta el afecto otorgado.
Me sorprendo al ver
como novios que apasionadamente se juraron amor eterno, al terminar la
relación, se reclaman desde me hiciste perder mi tiempo, hasta devuélveme todo
lo que te di.
Y que te di? Al final
no fue el mirarte, contemplarte, aceptarte? Como me devuelves el afecto? Creo
que tenemos un problema de base, estamos confundiendo respeto con dinero
“devuélveme lo que te regale”, no mis amados lo que dimos fue nuestro amor,
afecto, respeto y no podemos exigirlo devuelta, es imposible, se quedaron con
todo, los objetos que regalamos solo fue una muestra de nuestra entrega y las
heridas del irrespeto quedaran, perdonaremos, si queremos, y ojala que por
nuestra salud lo hagamos, pero no hay un código descifrable que nos indique
como hacer que nos respeten y nosotros a su vez respetar.
Tu respetas? Te
respetan? Estas respuestas cuestionan nuestras formas relacionales. Hablan de
la forma en que nos acercamos y permitimos que los otros lo hagan.
Creo que el respeto
es un modus vivendi, que implica yo lo vivo y lo obsequio. Y si alguien no te
respeta, no te desgastes en quererle enseñar, solamente establece límites sanos
que enriquezcan la relación, si es que se puede. Me recuerdo unas palabras de
San Pablo en la carta a los Romanos en el capítulo 12, versículo 18: Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con
todos. Hoy te regalo mi respeto y te propongo el respetar. Hasta la próxima.
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