Movilizarnos
hacia nuestras necesidades para gestionarlas y encargarnos de ellas es un arduo
trabajo que dependiendo de nuestras experiencias previas, nos permitirá
movernos con mayor o menor dificultad. Salir a suplir las necesidades es un
reto que nos empuja a utilizar habilidades, destrezas, conocer limitaciones y descubrir
nuestros sueños, si son viables o no. A veces ignoramos que quien tiene que
suplir nuestras necesidades somos nosotros y en lugar de caminar a satisfacerla,
esperamos que alguien venga a rescatarnos y las resuelva.
A veces el
problema no es la necesidad en sí, sino la dificultad para hacernos responsables
de ellas y la terapia sirve para darnos cuenta de lo que hemos perdido, esperando que alguien nos mire, arrulle y mime.
Es muy común
encontrar que el gran obstáculo de nuestro avance es paralizarnos delante de nuestras experiencias, miedos y creencias
erróneas, es decir, son nuestras barreras lo que impide alcanzar y poseer eso
que tanto deseamos, solo que es más fácil culpar a nuestro entorno.
A veces somos
más atrevidos y exigimos. Otras veces usamos la cobardía como elemento de
justificación. Al final esta es tu historia y necesitas encargarte de ti y
moverte a resolver el embrollo desde donde estas, en vez de quedarte esperando
soluciones mágicas.
Tomar
conciencia de lo que requerimos es un gran paso de madurez y responsabilidad que
nos permitirá conectarnos con lo propio y lo ajeno. Me temo que hemos pasado mucho
tiempo culpando a otros de nuestra insatisfacción y dejando ir oportunidades
que nos impulsan a mirarnos en pleno y rescatarnos de nuestro escondite, desde
donde fue más fácil escondernos que afrontar lo duro de lo vivido.
Hoy te invito
a mirar tu necesidad y renunciar a la actitud infantil de esperar a que los que
te rodean vengan a encargarse de tu necesidad. Lo necesitas? Ve y suple,
encárgate, asume y responsabilízate.
En mi
transitar he mirado a muchos asumir y a otros tantos abandonar, algunos creen
que es tedioso ir por sí mismo y en
realidad lo engorroso es vivir la vida de otros, abandonar la propia y
contemplar a los demás alcanzar sus metas y llorar o sonreír por los logros alcanzados.
Animo mi
gente, la vida es un ratico y al final se trata de encargarte de tus
necesidades.
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