Sin ti soy, la vida continúa, vivo
y existo, nada se desploma ni se paraliza. Sin ti tengo la oportunidad de ser,
de conocer mis miedos y debilidades. Sin ti surge la posibilidad de mirar mis fortalezas
y oportunidades. Sin ti puedo ser yo, solo que tal vez no ser como ser y estar.
Estando contigo, canta Danny
Rivera, me olvido de todo y de mí, y convencida de que he allí el conflicto, de
que sin ti me toca encontrarme, que me cuesta entender y aceptar que me toca
encargarme de mí. Sin ti, tengo que ser yo y tal vez no me gusta lo que hay,
porque me acostumbre a ignorar mis heridas para cuidarte y mimarte, entonces
las preguntas son: puedo estar conmigo? Puedo contemplarme sin asustarme? Puedo
reconocer que tal vez te use? Y que cuando lloro, la verdad es que lo hago
porque no sé qué hacer conmigo… sin ti me encuentro, me asusto y me reconozco.
Sin ti la vida sigue y yo con ella.
Sin ti estoy conmigo y en esta
soledad surge la melancolía y descubro mi refugio y cómo fue que me escondí
para no solucionar. Cuando quito la atención en lo que me genera ansiedad,
comienza un nuevo tiempo, lleno de espacios por llenar y aparece la oportunidad
de vivir sin engaños, descubrir lo oculto y vivir por mí para luego poderme
encontrar con los demás. Recordando las
palabras de Jesús: ama a tu prójimo como a ti mismo, no más ni menos que a ti,
sabias palabras que traen ubicación, orden y amor sano.
Sin ti no pasa nada y pasa todo,
pasa la vida y yo con ella, pasa el tiempo y yo con él, sin ti estoy
conociéndome y extrañándome.
Conmigo me miro sin ti y aunque tal
vez podamos regresar la verdad es que necesito aprender a estar a solas y en
compañía, que necesitamos convivir con nuestras diferencias, siempre y cuando
no me expongas al riesgo y al daño.
Sin ti, soy yo, la que te busca y
te encuentra, la que avanza y te deja, sin ti, me tengo y puedo recorrer lo que
falta por mis propios pies sin empujarme sobre
nadie y sin lanzarme al piso buscando
migajas, usando lo que tengo y sin desmayar.
El
escenario de los próximos años está disponible para mí, conmigo, contigo o sin
ti, solo es necesario subir a la tarima y desplegar la fuerza y el ánimo,
aceptando lo que hay y recuperando el sueño que un día se quedó en el tronco de
la desolación y la tristeza, para sacudirlo y darle una nueva forma y con todo
mi aliento.
Comentarios