La sexualidad es una actividad inherente al
desarrollo humano y a procesos de aprendizaje relacionados con el contexto,
constituyéndose en un medio de expresión afectiva y comunicación en base a
diferentes niveles de motivación, atracción, integración, relacionamiento y
valoración intra e interpersonal.
El sexo son las diferencias biológicas entre mujer y hombre
determinados genéticamente. Y el género es el conjunto de ideas, creencias y
atribuciones asignados a hombres y a mujeres según el momento histórico y
cultural específico que determinan las relaciones entre ambos. Es una
construcción social. Por otro lado la función sexual es el ejercicio y
vivencia de mi sexualidad. Oigo a jóvenes y adultos hablar de estos términos
sin conocerlos y que bajo el concepto de que la sexualidad es genitalidad,
viven una parranda sexual que es más proyección de una película pornográfica
que del verdadero sentido de vivir la plenitud de la sexualidad. Cuando
decidimos ejercer la función sexual es necesario considerar los derechos sexuales, que son todas aquellas condiciones materiales, físicas, emocionales y sociales
que permiten a mujeres y hombres disfrutar del placer y de su sexualidad sin
ningún riesgo de infecciones, coacción o violencia, ni de procrear si así no
fuera su deseo.
¿Cuáles son los derechos sexuales? Derecho a vivir una sexualidad sana,
placentera, responsable y libre, sin más límites que los derechos de otras
personas. Por tanto: Las personas son libres para decidir cómo,
cuándo y con quién tener relaciones sexuales, en el marco del mutuo respeto y
del pleno consentimiento. Nadie puede obligar, chantajear o condicionar a una
persona a tener prácticas sexuales sin su
consentimiento. La Organización Mundial de la Salud define la
salud sexual como el ejercicio de la sexualidad sin temores, vergüenzas, culpas, mitos, supuestos, creencias ni falacias; en suma, sin factores psicológicos y sociales que interfieran la actividad sexual. La sexualidad va más allá de la genitalidad, incluye lo afectivo, se relaciona con el estado de bienestar o malestar que tiene una persona sobre su historia personal y las exigencias sociales que catalogan y no le permiten fluir en la expresión de su deseo sexual en espacios compartidos promoviendo una relación de equilibrio y respeto.
salud sexual como el ejercicio de la sexualidad sin temores, vergüenzas, culpas, mitos, supuestos, creencias ni falacias; en suma, sin factores psicológicos y sociales que interfieran la actividad sexual. La sexualidad va más allá de la genitalidad, incluye lo afectivo, se relaciona con el estado de bienestar o malestar que tiene una persona sobre su historia personal y las exigencias sociales que catalogan y no le permiten fluir en la expresión de su deseo sexual en espacios compartidos promoviendo una relación de equilibrio y respeto.
Hoy quiero invitarles a revisar como están viviendo
su sexualidad, si la disfrutan o estas involucrados en relaciones donde se
convirtió en un compromiso y estas sufriendo en lugar de sentir placer y
libertad para expresar lo sentido y vivido. De ser así, busquen ayuda, tal vez
las experiencias te encerraron en un conjunto de creencias donde el ejercicio
sexual es toxico y te estás perdiendo los beneficios de sentir a plenitud.
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