Esta pareja como cualquier otra, se encontraron y
comenzaron a caminar con lo que llevaban, luego empezaron a mezclar sus bolsos
y maletines y sacando los papeles y carpetas, todo se traspapelo. Así
continuaron el recorrido hasta que un buen día, les pidieron unos recaudos para
un crédito y ya no había excusa, las carpetas y papeles tenían que ser
organizados y sin más inconvenientes que los propios de lo adquirido en el
viaje, se sentaron a ordenar.
Frente aquel desorden, aparecieron fotos, facturas,
notas y documentos y de pronto se apareció la vorágine de emociones mezcladas
tipo frappe y como quien tiene sed, pues tuvieron que tomárselo y en un solo
vaso, pues no había tiempo para más nada, solo para ubicar lo solicitado para
extenderse y adquirir una propiedad. Propiedad de quién? Surgió la pregunta, si
los dos habían cargado con todo, como es que ahora tenían que buscar los
documentos y decidir de quien sería la propiedad o quien tenía más derecho
porque había entregado más. Esta pareja mis amigos está atascada, se les mezclo
lo físico con lo intangible y ahora no saben qué hacer, no tienen idea de cómo
salir del atolladero y seguir el camino, tal es la confusión que no han
percibido que también deberán decidir si quieren continuar el viaje juntos.
Este cuento es la historia de cualquier pareja que
comienza una ruta sin brújula y provisión suficiente. Esta pareja lo único que
necesita es parar y mirar cómo y con que salen del estancamiento para decidir
sin amarres continuar y volverse a encontrar. Tal vez estás leyendo estas
líneas y te das cuenta que necesitas ordenar para poder entregar tus recaudos y
recibir o no el crédito. Tal vez los documentos que necesitas presentar son el
cansancio y el desamor para revisar y recibir una nueva oportunidad, hoy te
invito a abandonar la posición de atascado y salir para fluir.
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