Nos unimos para establecer
lazos y ser productivos, este es el
deber ser y desde aquí quiero desarrollar el tema de hoy, la intención de unirnos
y como a veces tenemos éxito y como en ese recorrer también fallamos y luego necesitando
sanar para volver acercarnos y no caer en el aislamiento porque alguien nos
hirió, iniciamos un ciclo de aciertos y desaciertos relacionales.
A veces en el compartir y por las heridas causadas, ocultamos o negamos la existencia de algunas personas, el asunto es que al hacerlo y restarles un lugar en nuestro escenario no las elimina. Tal vez creas que tienes razón al excluirles, solo que como en un espejo, veras la presencia de estos afectos, con más frecuencia de lo que imaginas.
Cada quien tiene sus propios motivos para perdonar, amar, continuar y pretender olvidar, pero lo que si es cierto es que venimos de una familia, donde aprendimos a relacionarnos, a cultivar y respetar los afectos y a modelar las conductas de quienes nos rodearon. El asunto es que como el sistema no acepta espacios vacíos y somos seres gregarios, intentaremos reconstruir la historia dañada, distorsionada o mal procesada e integrada.
Y te hago una pregunta: a quien
excluyes, a quien quieres borrar, quien es tan importante para que inviertas
tus fuerzas en vivir la vida queriendo desaparecer amores, amistades,
familiares? Cuando te niegas a mirar lo que sientes, te estas quitando la oportunidad
de amarte, si de amarte, porque lo que no está, lo que se fue, quien te
abandono, también le necesitas dar un lugar en tu corazón, a todos, incluyendo
a los buenos y malos, según tu criterio, necesitas integrarlos para soltar las
ataduras del rencor y la parálisis del desamor.
Quiero invitarte en este tiempo
de reencuentros que mires a quien falta, que mires con quien es tu enojo, que
te muevas a reconocer que tal vez por quien lloras y sufres no es por quien ya
no está, sino por ti, porque ya no sabes que hacer sin su presencia.
Necesitas tranquilidad,
necesitas paz, necesitas reencontrarte para volverte a unir, requieres soltar y
volver a tomar, es imprescindible mirarte y conectarte para unirte no desde la
obligación sino desde la sana necesidad de pertenecer y ser reconocidos.
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