Cuando nos damos cuenta que ya no
estamos cómodos en un trabajo, relación, estructura, sistema, país, lleva
irremediablemente el plantearnos una separación, un dejar ese escenario, para
ir a otro y nos hace sentar en el sillón de la indecisión, de la duda y hasta
del desespero. Tal vez empecemos a buscar opiniones, nos paralicemos o actuemos
y emprendamos un plan de acción para tomar una decisión asertiva. Al dar la
noticia, podemos provocar desconcierto en algunas personas y en otras conseguir
ánimo para continuar con el proceso de pararme frente al camino y tomar la
nueva ruta y comprender que solo así es que se provoca la ruptura. A veces
intentamos considerar la posibilidad de quedarnos allí, intentamos convencernos
de posibles cambios, nos aferramos a promesas, suplicamos amor, nos hacemos
esperanzas, asumimos actitudes infantiles (llorar, patalear, colgar el
teléfono), pasar por encima de nuestras creencias, rogando una gota de
atención. A todas luces son negaciones a la cruda realidad que bañada de
experiencias anteriores, nos grita: se acabó, es hora de asumir y empezar de
nuevo. El retardar la ruptura, sea del tipo que sea, solo nos lastima y
avergüenza más, que dejara un amargo sabor de incertidumbre e inseguridad que
requerirá de ayuda para la adecuada recuperación. Ahora bien, como soy amante
del significado de las palabras, y para mi este es personal, si ruptura para ud
es perder, traerá desasosiego y tal vez frustración, si por el contrario, es
cambio, no se puede seguir así, traerá esa sensación de libertad, que sin duda
alguna le permitirá buscar soluciones creativas. La ruptura va hacer necesaria
en muchas etapas de la vida. El bebe que deja el pecho, el universitario que se
gradúa, estos cambios mencionados son deseados, el asunto se complica cuando la
ruptura esta incrustada en terminar una relación, cambiar de trabajo, abandonar
un grupo. Y es que ruptura es el cambio de escenario deseado o no, que moviliza
toda nuestras experiencias, provocando un concierto de tonalidades emocionales
intensas que sentidas en una sola melodía producen temor y resistencia a volver
a comenzar (concepto personal). En consulta, he observado, que la persona que
se enfrenta a una ruptura tiene miedo a
no poder soportar la soledad y los cambios; y es que esta vulnerable y necesita
acompañamiento y respeto por su ritmo. Si estás pasando por una ruptura o
considerándolo, acepta la realidad y recuerda para decir adiós solo hay que
decirlo.
“Es correcto (y constituye un gran avance) comenzar a pensar en los dos bandos que participan en la interacción como dos ojos, cada uno de los cuales da una visión binocular en profundidad. Esta visión es la relación". Gregory Bateson El embrollo sistémico es un término que pertenece a las Constelaciones Familiares, creadas por Bert Hellinger, y se presenta cuando tomamos el lugar, rol o posición de otra persona en el sistema. Cuando lo hacemos, comenzamos a vivir una existencia que no nos pertenece. Trayendo como consecuencia, que otra persona también tome mi lugar y provocando todo esto una confusión, donde los miembros en su totalidad y de manera especial la generación de relevo, no distingue quien es quien, no diferencia el ejercicio de roles y genera conflictos tras conflictos, cumpliendo así, otro principio de las constelaciones familiares, que es, lo reprimido vuelve a aparecer. Es conveniente centrar la atención ya no en el sujeto, sino en la interacción, y esta debe...
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