Solo
cuando podemos ver más allá, alzar la mirada para observar lo posible y
atrevernos a que esa realidad amerita ser trabajada y construida, entonces
podremos decir: hay crecimiento, desarrollo, en otras palabras, se ha cumplido
el ser y estar. Estamos presentes en el lugar nuevo con nuestras pertenencias,
con lo vivido, experienciado, asumido. Lo que está ocurriendo en esta etapa es
que he aceptado que algo paso y lo tomo en mi corazón para llevarlo conmigo,
sin culpar a nadie y asumiendo el aprendizaje.
Tomar
lo vivido requiere de valentía, porque se necesita encender la luz del alma
para ver la herida y descubrir lo
oculto y secreto. Y porque en segundo lugar se requiere implementar estrategias
de anclaje con la vida. Es reencontrar esa etapa sufrida y mirar a todos los
implicados, los que hicieron, los que obviaron, los que tomaron parte y
juzgaron, los que me abandonaron en el sufrimiento y me acompañaron en el
crecimiento, sencillamente porque eran parte de la familia. Y es aquí donde
crece el deseo de justicia y exigimos con diferentes conductas que se juzgue y
repare el daño, solo que a veces la familia no sabiendo que hacer, se excluye a
la víctima o al victimario, o se decide querer unirlos, desgastándose en el
esfuerzo por mantener un amor que amerita ser sanado.
Solo
mirar nuestra historia de manera completa podremos integrarnos y movernos hacia
lo que nos hace feliz, hacia lo que nos permite servir y por sobre todo
abandonar el dedo acusador y el alma justiciera.
Por eso
creo firmemente que debemos hilvanar tres palabras: amar, ordenar y respetar.
En sistemas familiares muy rígidos es necesario comenzar por el orden, en
sistemas tolerables por el amor y en sistemas aglutinantes por el respeto.
Cuando
miro toda mi vida, me respeto, porque me digo aquí estoy y soy, cuando me respeto, me amo y podre amar a mis
semejantes como a mí mismo y cuando me respeto y me amo, ordeno mi pasado, mi
presente y mi futuro, aceptando que en mi familia hay diferencias y que a veces
funciona más como un tribunal que como una fuente de amor, pero que el mantener
esa percepción de ella, solo me resta fuerzas y visibiliza mis debilidades.
Quieres ser fuerte y llegar lejos? Aprende
a ser y estar. Estas bien contigo cuando tomas tu historia y respetas, amas y
ordenas tu vida. Quieres sanar: Aprende a ser y estar.
Comentarios