Según Erich Fromm, respeto no significa temor y sumisa reverencia; denota, de acuerdo con la raíz de la palabra (respicere:mirar), la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única. Respetar significa preocuparse porque la otra persona crezca y se desarrolle tal como es. De ese modo, el respeto implica la ausencia de explotación. Convencida de la necesidad del establecimiento de límites sanos para poder coexistir en medio del respeto, impera el otorgarlo, pedirlo y hasta exigirlo. Ahora bien, quien respeta, lo tiene en su vida como un valor, un principio, una manera de vivir y jamás una imposición que es muy común: “respeta para que te respete”, tal afirmación no es cierta, el respeto no es condicionado. El respeto es un valor que transversaliza la estructura de la personalidad y desde allí vive y se desenvuelve. Cuando hablamos de respeto, entonces estamos hablando de forma de vida, de una manera de convivencia, de amar al prójimo, de ...