Solo son niños

La mayoría de los problemas relacionales, vienen de nuestra historia familiar. Los niños, por amor ciego y lealtad adoptan conductas y soportan situaciones que le dificultarán la forma de acercarse a los demás en el futuro. Es en la familia, que aprendemos los valores, el modelaje: que los padres sean padres y los hijos sean hijos, que el esposo sea el esposo y la esposa sea la esposa, que cada uno ocupe su lugar, al igual que los hermanos, que solo sean hermanos y no sustitutos de las figuras de autoridad, quienes al final son los responsables de la crianza. Al organizar el sistema familiar, basándonos en el orden y el amor, ocupamos cada uno nuestro lugar y así evitamos confusión. Los niños necesitan comunicarse con los demás a un mismo nivel, escuchar a los demás y compartir sus sentimientos, percibir los problemas a resolver y trabajar en común sobre posibles soluciones, realizar en común todo lo que se pueda y que cada uno brinde su aporte de acuerdo a sus posibilidades, reconocer las dificultades y reflexionar en común cómo poder superarlas, pedir ayuda a otros que puedan hacer lo que uno mismo no puede, dejarse guiar para solucionar los conflictos pacíficamente. Ese deseo de mantenerlos en una burbuja, quedo demostrado hace una década, que no funciona, que los hizo inoperantes y cargados de frustración, que en este momento al mirar la cantidad de conflictos que presentan, lo único que le queda a los que están alrededor es hacerse la famosa pregunta: que paso? Si lo tenían todo? Y que es todo? Siempre repito a los padres que es válido que a sus hijos les pueda faltar algún juguete, aparato tecnológico pero lo que es inaceptable es que ellos como responsables de la formación de sus hijos no posean su presencia y guianza. Celebrar el día del niño no se trata de llenarlos de  regalos, creo que más bien es una invitación a mirar quien es quien, donde esta cada uno y como se relacionan. Habrá un día en que a tu hijo no podrás cargarlo ni mimarlo, así que  te invito que aproveches este tiempo para responsabilizarte sanamente de su vida y de tu relación con cada uno de ellos.