Haciendo lo que toca hoy.

Para tener éxito en la vida necesitamos tener a la mano nuestra historia, observar los aprendizajes adquiridos, acceder a las humillaciones vividas de una manera intencional y amorosa para así despojar a la culpa de su poder. Me pregunto qué pasaría si hacemos una foto panorámica de nuestros afectos y les dijéramos me propongo recordarles como los que me han acompañado hasta donde he llegado y quiero pedirles que nos hagamos la promesa de respetarnos y aceptarnos con todo lo que nos hemos hecho, si leyó bien nos hemos hecho porque así son las relaciones, nos hemos herido con o sin intención. Vivir en un clima de temor, negación y descontrol de emociones no permite concentrarse en las tareas del día a día, se hace fácil dedicar toda la atención a lo que va a ocurrir hoy, a cómo voy a responder, así viene el desgaste emocional y es solo eso desgaste emocional sin ninguna patología. Este ciclo vivencial se convierte en nuestra rutina y nos hacer perder la capacidad de afrontar, defendernos y hasta huir de relaciones sumamente peligrosas, porque las leemos como normal. A esto es necesario sumarle la apatía social y el abandono relacional de los más allegados, quienes en algunas oportunidades terminan culpándonos de los daños recibidos. Qué bueno sería oír que lo normal en nuestra vida es que hemos tenido protectores activados y una red de amistades genuinas que con su sola presencia nos abrigan. Que la decisión de los nuestros es apoyarnos indistintamente de las circunstancias, que nos podemos presentar tal cual como somos porque ninguno se cree dios para juzgar y sentenciar. Que rico seria saber que los más cercanos que nos rodean nos miran con dignidad y que son un modelo de dominio propio. Ud.  debe ser la primera persona en interesarse en poner orden en su vida, se trata de deshacerse (pero no escondiéndolo) del dolor vivido y será una deliciosa sensación de justicia, muy bien lo dijo Jesús ama a tu prójimo como a ti mismo, no dijo ni más ni menos que a ti, sino como a ti, y es que este mandato es liberador porque me coloca al mismo nivel que a los demás y me ubica en mi condición de humanidad sin poderes mágicos que encarcelan, seducen o exterminan. Lo que le quiero regalarle hoy es la conciencia de que ud. necesita comenzar de nuevo. Que el día de hoy lo encuentre haciendo lo que hoy toca.